Clásico entre los clásicos.
Cubiertos Christofle. Mozos atentos, de años, correctos, en
coordinada sintonía.
Decoración sobria. Naturalezas muertas de Lascano. Dibujos
del querido y recordado Miguel Brascó, inmortalizado también en las tapas del
menú.
Quien no ha pasado o escuchado algo sobre esta esquina
pulcra, sobria, elegante, cuidada en detalles, de servicio correcto y
aggiornada hace algunos años, al mando de Esteban Garip, propietario y “alma
mater” de este lugar desde su apertura allá por 1986.
Para los que formamos parte del mundillo “hotelero-gastronómico”,
el nombre Esteban Garip es palabra mayor.
Y como no serlo: dedicación, vocación de servicio, cuidado
del detalle, elección diaria de la mejor materia prima, pasión por lo que se
hace.
Secunda a Esteban y a cargo de la cocina Germán Ruberto quien, según nos
contó personalmente, recaló por estos lares hace poco más de un año.
De CV
extenso, fue discípulo de la querida y experta Beatriz Chomnalez, chef de
Zirkel y Agraz y de paso por el viejo continente cocinó ni más ni menos que con Jamie
Oliver.
De trato afable, fue todo un honor que se acercara a saludarnos,
pura y exclusivamente a nosotras! y que compartiera algún que otro secreto culinario.
¿Que más se le puede pedir a un lugar?
Varios reconocimientos internacionales a lo largo de todos
estos años dan fe de todo esto.
El último y más reciente llegó de la mano de Latin Americas´s
50 Best Restaurantes donde ocupó el puesto nro. 39 por su “sofisticación y
nivel en Buenos Aires y la mejor propuesta en comida de mar”.
Pero vayamos al menú, protagonista indiscutible de esta
salida con motivo de la visita de mi querida amiga y chef “la Fraguas”, de
quien ya les he hablado en más de una oportunidad.
Para empezar y como tentempié llegó a la mesa una sopa fría
de calabaza para compartir desde el centro de la mesa y donde mojar unos
riquísimos, dorados y crocantes grisines, caseros por supuesto!
A los pocos minutos el amuse bouche hizo acto de presencia como
no podía ser de otra forma: lentejas salteadas
y puré de espinaca. Delicia entre las delicias a mí que, debo confesar,
siempre dije que no me gustaban las lentejas…hasta hoy!
Ya estábamos listas, previa coordinación de tiempos con el
mozo que atento y cordial nos atendió durante toda la noche, para dar lugar a
los 5 pasos que componían el menú.
Parfait de frutillas, salsa de cassis y dentelle de sésamo:
Encuentro Chardonnay acompañó el bacalao y el conejo, para
pasar después a Encuentro Malbec para el paccheri y la suprema y cerrar con Encuentro
Brut Nature Pinot Noir al momento del postre.
Obviamente llegó el café y como no podía ser de otra forma acompañado
de riquísimos petit fours: cascaritas de naranja, merengues caserísimos y
biscottis.
Todo estuvo en su punto justo, en la temperatura adecuada.
Nada sobraba pero nada faltaba. Eso sí, hubo dos vedettes que se llevaron
nuestras más sinceras y efusivas felicitaciones: el escabeche de conejo y la
suprema ahumada y que así se lo hicimos saber al chef!
Debo confesar que hacia tiempo que no visitaba Oviedo. Tuve la oportunidad de ir más de una vez invitada por bodegas, críticos gastronómicos, amigos, familia.
Solo puedo volver a decir, como en ocasiones anteriores: ¡Felicitaciones!
Espero que no sigan faltando motivos para visitarlos. Por eso digo ¡Hasta pronto!
Oviedo Restaurante
Beruti 2602 - CABA
Tel: 4821-3741 / 4822-5415
Lunes a viernes: 12:00 a 02:00 hs
Domingo: cerrado
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