La Locanda es
el restaurante de Daniele. ¿Como explicarte? Daniele es ¿viste? ese cocinero tano
que tenía/tiene programas en El Gourmet, uno con Borja y otro el solo sobre
cocina italiana en el cual siempre esperaba a algún familiar con un plato
típico de su madre patria. ¿Lo ubicás? Así fue mi definición cuando quise
explicarle a mi amiga con la que estábamos por salir a almorzar, de que le estaba hablando cuando le mencioné La Locanda.
Había otras propuestas y sugerencias en el listado que entre las dos armamos,
pero finalmente elegimos esta, para un mediodía de sábado. Tórrido verano que a
estas alturas ya se habrán dado cuenta que odio. Calor agobiante. Sofocante.
Llegué a
pensar cuando salimos de casa que tal vez no había sido la mejor elección ¿pastas
en verano?. Pero ya estábamos en el baile
y con hambre, así que no nos quedaba otra que bailar y comer!
Casi
escondido en las escasas dos cuadras de la calle Pagano, La Locanda llama la
atención por su toldo y cortinados colorados sobre la vereda que esconden mesas ideales
para una noche cálida que en esta ocasión estaban vacias. Los comensales que ya
habían llegado optaron, supongo que sin dudarlo, disfrutar del aire
acondicionado en el interior!
Abrimos la
puerta y enseguida un “benvenuto ragazze” y la presencia de Daniele con sus
brazos abiertos recibiéndonos nos hizo darnos cuenta que casi casi habíamos
llegado a Italia. Entre tímidas y sorprendidas, la sacudida por el caluroso
recibimiento nos hizo sentir, rápidamente, como en casa.
Mientras traducíamos
su italiano creyendo entender lo que nos decía y contestando nosotras en un
pseudo español con acento tano dejó que eligiéramos mesa entre las que aún
estaban disponibles. Acomodó nuestras carteras. Nos arrimó la silla y entonces
ya cómodas, estábamos listas para disfrutar.
Suelo leer los menúes de principio a fin, sobre todo cuando se trata de la primera vez. Y como
suelo hacer con muchos libros que leo, voy primero a la última página, en este
caso para saber qué hay de postre. Entonces decidido el postre puedo elegir el
resto de los platos. Pero ¡oh sorpresa! cuando llegué al final del menú y los
postres… brillaban por su ausencia!
¿Qué hacemos?
Llamemos a Daniele! Cuando le pedimos la carta de postres su cara dio señales
de no entender. Me piden la carta de postres cuando aún ni siquiera han
ordenado la bebida? Le explicamos nuestras “particularidades” y el porqué del
pedido.
Imagínense entonces lo que les voy a contar ahora: Daniele, como hubiésemos esperado, no fué, buscó la carta y nos la trajo. Sino que sacando todo su espíritu "tano" al aire pidió al camarero que estaba en la otra punta del salón si por favor podía alcanzarnos la carta porque "queste ragazze non scelgono i piatti, ma scelgono il deseert prima" (o algo así fue lo que creímos entender.... en nuestro escaso italiano!)
Como decirles que entonces sentimos que los ojos de todos los comensales de todas las mesas que estaban ocupadas se daban vuelta para mirar a las dos "ragazze" que "scegliere il deseert prima"...
Tímidamente levantamos la mano como para decir: está hablando de nosotras... Entonces una sola carcajada retumbó en todo el salón!
Ya a estas
alturas creíamos habernos tomado un avión con destino a Cerdeña, y a diferencia
del programa del Gourmet de Daniele donde él espera en Buenos Aires a sus
visitas, ser nosotras quienes lo visitábamos a él!
Música
italiana, menúes en italiano, mozos que hablan entre sí en italiano, carteles
en italiano. Espíritu de cantina italiana por donde se la mire.
A ver si me
explico: a excepción de los comensales que hablábamos en castellano y que bien
podíamos pasar por un grupo de turistas, no había dudas de que habíamos llegado
a la bella Italia. (Hay Donato, Donato querido… por momentos tuve miedo de que
mi elección me hiciera olvidarte..!)
Entonces ya
con la carta en mano y habiendo elegido el postre pudimos elegir el resto de
los platos, mientras disfrutábamos de una panera llena de focaccia tibia que
descaradante decidimos mojar en un delicioso aceite de oliva italiano, por supuesto! y unas tostaditas con tomate y oliva... para chuparse los dedos!
Los platos
fueron llegando en el siguiente orden:
- Bonito en escabeche
Platos principales (que a la orden de “Listo-Ya”, intercambiamos para probar de todo un poco!):
- Morbidelli por Ivanna: malfatti con nueces, hierbas y cítricos con chipirones crocantes
- Bomboloni Rossi: ravioles de tomates secos rellenos de burrata con putanesca liviana
Postre:
- Tiramisú (con la ricetta di mia madre como nos contó Daniele) para compartir y cucharear desde el centro de la mesa.
Obviamente todo esto acompañado por Nicasia Vineyards Blanc de Blanc 2012 Viognier.
Para resumir: espíritu italiano (de Cerdeña precisamente!) por donde se lo mire. Buena materia prima. Platos abundantes. Pizzas. Pastas. Cocina típicamente sarda. Atención correcta. Y la amabilidad y simpatía de Daniele que le dan vida a esta cantina italiana en plena Recoleta!
Arrivederci Daniele!
La Locanda
José León
Pagano 2697
Te: 4806-6343
Martes a
Jueves y Domingos: 11:00 a 16:00 hs y de 20:00 a 00:00 hs
Viernes y
Sábados: 11:00 a 16:00 hs y de 20:00 a 01:00 hs
Lunes:
cerrado
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